Se estima que el 80% de la biomasa de la Tierra está constituida por las plantas, seguido de las bacterias, con un 15%, y solo el 5% restante corresponde a hongos, arqueas, protistas, animales y virus. Sin embargo, diversos estudios revelan que existe una incapacidad para ver o percibir las plantas del propio entorno que se inicia desde la infancia pero que continúa en estudiantes universitarios.
Por ello, y tomando esto como premisa, desde la Universidad de Cádiz hemos pensado en el uso de un huerto ecológico como espacio y contexto de aprendizaje idóneo para acercar el mundo vegetal al alumnado desde etapas tempranas, algo que a su vez contribuye a la creación de espacios más verdes en los centros educativos. La actividad que proponemos se centraría en utilizar un huerto como un laboratorio vivo, que permita desarrollar desde la etapa de infantil, el pensamiento científico y en términos curriculares, la denominada competencia matemática y competencia en ciencia, tecnología e ingeniería (STEM) que establece la nueva LOMLOE.
Para ello, ya hemos iniciado los contactos con el CEIP Reyes Católicos de Cádiz, centro que estaría dispuesto a llevar a cabo esta experiencia piloto en sus instalaciones.